¡Perdóname!, yo también me equivoco

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Es cierto, sale el sol. En peores circunstancias que he vivido, cuando creí estar hundida en lo más oscuro, finalmente vi ese milagro llamado Sol. Las pocas veces que nos hemos alejado, muchas de ellas fueron semanas sin verte, también me parecieron años. Innumerables días deseando besarte, no a lo brusco, no a lo loco, sólo un beso, de esos suaves, tiernos, que trasmiten amor. Y en mi afán de acercarte a mí, te he alejado, he cometido estupideces, lo sé. ¿Tú no?, bueno no se trata de comparar quién hizo más. Hoy sólo puedo hablar por mi, por mis actos, no por los tuyos. Tú habrás tenido tus motivos y razones para hacer lo que hiciste en determinado momento y te habrás también hundido en la tristeza cuando te diste cuenta de lo que habías hecho. ¿Pero quién es Todopoderoso para hacer las cosas siempre bien, sin equivocarse?. En ocasiones, ciertos errores parecen círculos viciosos pero ¿en cuántas de esas uno reconoce su error, se siente mal pero igual vuelve a hacerlo?. Algunos se darán cuenta de su falla y podrán tomar otras alternativas para no volver a obtener los mismos resultados. ¡Bravo, así se hace!, es admirable. ¿Pero yo, yo qué?, una y otra y otra y otra más, casi de lunes a domingo. ¿Qué me pasa?. Y hablando de esto me viene a la memoria una frase de Einstein: "La locura es hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes". Y me pregunto ahora ¿Cómo he pretendido que todo sea diferente si siempre hago lo mismo? Era una locura, hoy me di cuenta. Sin embargo, las palabras dichas y las acciones realizadas ya hirieron, ya dañaron, ya dolieron. Creo que es parte del aprendizaje de la vida. Suena cursi pero así lo veo. Y no quiero que quede en palabras bonitas o como promesas de político. Te aseguro que después de mi infantil comportamiento de los últimos días, sobretodo del de ayer, ya empecé a tomar cartas en el asunto y aunque mi cambio no será de la noche a la mañana, te aseguro que empezarás a notar la diferencia. Lograré mejorar mi trato hacia ti.

Es así como cuando aprendemos a caminar. Somos muy pequeños cuando lo hacemos, por eso no lo recordamos pero fíjate qué hace un niño al intentar mantenerse de pie, quizá primero lo hace con mucho temor, se tambalea, luego va adquiriendo un poco más de seguridad y decide enfrentarse, da el primer paso, intenta el segundo pero se cae. ¿Acaso analizó si no tuvo equilibro, si no puso el pie donde debería, si le faltó más firmeza?...no, simplemente sabe que se cayó, quizá le dolió pero lo vuelve a intentar, aunque se golpee muy fuerte, aun así lo vuelve a hacer. Algo similar ocurre cuando aprendes a nadar. Te ahogas muchas veces, tragas agua, te duele la cabeza, te arde la nariz, toses, en ocasiones también lloras. Y te explican una y mil veces qué hacer para no ahogarte. La teoría dice que debes inhalar el aire que tus pulmones puedan almacenar y exhalar dentro del agua, haciendo burbujitas y si te hace falta el aire, no debes volver a inhalar dentro del agua. Parece fácil pero hasta que aprendas, ni modo, tragas agua.

Entonces luego de analizar mi conducta hacia ti, he decidido aprender a controlar mi mal humor, ya me caí muchas veces, ya me golpeé muchas otras en ese intento de aprender a caminar. Ya tragué demasiada agua salada, me causó no sólo llanto, dolor de cabeza y de nariz y esto inclusive me ha hecho caer en la tentación de desear casi desistir en mi intento de cambio. Y pese a todo, estoy segura que con mejor actitud, por el bien de ambos y porque te amo, aprenderé a caminar con firmeza y a respirar bajo el agua como la cosa más natural del mundo.

Entonces estábamos en que por allí dicen que después de la tormenta, cuando menos piensas sale el sol. He llorado, soy humana, y las lágrimas no representan debilidad, son el desfogue del dolor. Mi alma tiene dolor cuando te trato mal, no es divertido ni agradable, no me hace bien y a ti tampoco. Y me siento mal, sobre todo por la paciencia de santo que me tienes. Y he llorado hasta el extremo de lo que era posible, pero felizmente "No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista". Mi cuerpo ya no resiste seguir siendo una bruja contigo, espero nada más que tu cuerpo resista darme una nueva oportunidad.

¿Y sabes? lo que más ánimo me da para seguir adelante es el hecho de saber, porque así me dice mi corazón, que lo mejor siempre espera adelante y cuesta. Pero de eso se trata y como siempre digo "Lo que más esfuerzo nos cuesta es porque más vale la pena". Ser felices vale la pena. Y de ahora en adelante cuando escuches la canción "Sale el Sol" de Shakira, recuerda que me sirvió de inspiración para escribir esto. Y una vez más te vuelvo a decir: "¡Perdóname! yo también me equivoco".

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